Cómo empezó todo
Soy Nerea Fernández, asturiana afincada entre las montañas de la Sierra de Mariola.
Como a casi todos los niños, me fascinaban los animales. Sentía un magnetismo especial hacia ellos. Mi abuela Josefina me enseñó a amarlos y respetarlos a partes iguales, de la misma manera que observarlos y valorarlos en su medio, sin jaulas (en el caso de las aves). Cuando comencé a decir mis primeras palabras, todo animal mas grande que un perro, pasaba a llamarlo caballo. Ante la fascinación aparente hacia estos animales, con 6 años mis padres me llevaron al Forcón, el hípico de mi pueblo, para dar un paseo y ver si se me «curaba» esa fijación, pero el resultado fue el opuesto.
Desde ese momento comencé a ir a clases, para posteriormente unirme a un equipo de alevines de salto de obstáculos en El Asturcón, continué compitiendo hasta empezar la universidad. También competí en doma clásica, e incluso un grupo de amigos del hípico, formamos el primer equipo de horseball de Asturias.
Por otro lado, siempre me fascinaron los abordajes veterinarios, y procuraba estar con l@s veterinari@s y ayudarl@s en todo lo posible.
Finalmente acabé graduándome en veterinaria por la Universidad de Santiago de Compostela. Durante mis años de estudiante, en verano, realizaba estancias en diferentes hospitales, incluso en Chile. A Chile llegué gracias a un programa de intercambio, y poco después ya estaba colaborando con el Centro Veterinario equino de la Universidad de Santo Tomás en Viña del Mar, así como en las salidas particulares de los profesores especialistas. Y acompañando a veterinarios equinos, y fisioterapeutas como Lorenzo del Pozo (rehabilitador de la selección española de fútbol, y fisioterapeuta equino de la selección dominicana).
Como deportista, el abordaje fisioterapéutico y rehabilitador, sin terapias invasivas, pensando en el rendimiento sin dolor, y bajo la filosofía de «el movimiento es vida» me llamaba la atención. Así fue que mi último año universitario se combinó con un postgrado en fisioterapia y rehabilitación veterinaria equina, seguido de un curso de osteopatía del dorso equino.
Y a partir de ese momento comenzó mi andadura profesional. Primero en DapEquinox, hospital equino belga, para luego pasarme a la bonita «isla esmeralda» como interna en Hospital Equino TroytownGreyAbbey (Irlanda), en mis días libres acudía a EquiVet, centro de medicina deportiva equina dirigido por Marcus Sweil, veterinario de los equipos irlandeses de salto y completo. Echaba en falta nuestro soleado país, así como sus tradiciones, así que volví a España tras más de un año en Irlanda, y a los pocos meses comencé a trabajar como veterinaria generalista en el sector equino del hospital de la Universidad CEU Cardenal Herrera en Valencia.
Al mismo tiempo aplicaba terapias manuales a los hospitalizados, y me continuaba formando con diferentes cursos VetPD de medicina deportiva, y experto en anatomía funcional, biomecánica y entrenamiento del caballo de deporte. Hasta que decidí emprender mi propio camino enfocado hacia la medicina deportiva, fisioterapia y rehabilitación.
En mi maletín de herramientas también se encuentra un postgrado en Quiropráctica animal. Y como mi filosofía se basa en la formación y actualización constante, ya tengo nuevas metas formativas a la vista, os iré actualizando de las novedades en servicios.
